jueves, 26 de mayo de 2011

La Madre Teresa y los búlgaros


Aquí no me refiero a la gente de Bulgaria, me refiero a los búlgaros de la leche.

Los búlgaros.

Mucha gente cree que son un animalito; —pero no—; otra, que son una plantita; tampoco: se trata, nada más y nada menos, que de un hongo.

Se cree que son muy nutritivos, los podrás encontrar en cualquier casa de nutrición botánica de las que hay tantas en nuestra metrópoli —de Tijuana a Mexicali y de Rosarito hasta Ensenada—.

Que son muy buenos para el estomago —y que poseen muchas propiedades— los búlgaros convierten la leche en yogurt haciéndolo altamente nutritivo.

Pero aquí, lo que me llama la atención fue lo que me platico uno de mis amigos que vive en el Tecolote, una de las colonias de Tijuana:

«A mi tío le regalo uno la Madre Teresa de Calcuta —en una de sus visitas a Tijuana— y desde entonces el mismo los empezó a regalar; pues se reproducen lento, pero continuo; y puede asegurar, que esto que era nuevo para él, ahora es muy conocido en Tijuana por su afán de compartirlos, como fueron compartidos por la misma Madre Teresa.

»La Madre Teresa vio en nosotros, —los que estábamos ayudando a los hermanos— una gente muy desnutrida y nos regalo sus búlgaros, que ella misma procuraba.

»Y mi tío, a sus 75 años, sigue trabajando como un hombre de 35, creemos en la casa que esto se debe, gracias a los búlgaros que le fueron regalados por la Madre Teresa de Calcuta.

Playas de Tijuana y su Paseo Costero

Tuve la fortuna de vivir en Playas de Tijuana —algunos años— ir a la expo, no recuerdo muy bien el año, a la mejor de 1973 que fue en playas de Tijuana en el Cortijo San José, ver el nacimiento tradicional cada diciembre; —playas— donde los vendedores de casas engañaron a muchas personas —como a mi papá— diciéndoles que allí iba a ver una garita internacional y un poco antes de la línea fronteriza ya estaban los terrenos listos para que México tuviera su propia “Disneylandia” y todo esto, precisamente allí en Playas de Tijuana.

Lo que no era fantasía ni mercadotecnia, era el hermoso paseo costero que tenía Playas de Tijuana, a la fecha, viviendo en Ensenada, y conociendo esta área al norte de Baja California —jamás— he visto algo tan hermoso que lo sustituya.

El paseo costero era la versión romántica de la avenida Revolución —en Tijuana—, o de Hollywood and Vine, en Hollywood, Estados Unidos.

Podías encontrar allí sus restaurancitos —con sus mesas y sus sillas al aire libre—. Eran muchos los mariachis y otros músicos —que allí había— más de los que hoy puedes encontrar en la plaza Santa Cecilia, que realmente no tocan ni cantan en su plaza. O en la plaza del zapato —tiene su ambiente—; pero —no— el paseo costero era diferente.

Fue un momento histórico, donde parecía que los propietarios de esos negocios, en ese paseo costero, realmente trabajaban juntos, todos. Juntos, para hacer de esto algo verdaderamente inolvidable.

Bastaba llegar la tarde, para que las velas románticas de esos restauracitos hicieran un ambiente mágico y a la música de los mariachis haciendo de esto algo único. Nunca he ido a Santa Barbara, pero dicen que el paseo costero era más hermoso que el mismo malecón de Santa Barbara.

Todos, desde el que rentaba bicicletas hasta el más importante empresario, hacía de ese paseo costero un lugar mágico.

Pero…

¿Por qué lo bonito no es para siempre? O ¿por qué no hemos aprendido a ser luchones?

O simplemente, a la mejor fue muy dura la madre naturaleza aquel año.

Parecía que realmente se iba ha acabar el mundo. Hubo muchos ahogados en nuestra gran metrópoli.

No me acuerdo si fueron las lluvias de 1982; pero fueron esas lluvias que junto a un mar embravecido desaparecieron tan hermoso paseo costero; realmente el mar cambio de posición —se adelanto— y se comió, esa parte de la ciudad, el paseo costero; y peor aun; la primera línea de cuadras que estaba frente al mar. Mucha gente perdió sus casas y muchos empresarios sus negocios —y por años muchos— se vieron las ruinas de esas casas, esos hoteles y esos restaurantes; que como película de ciencia ficción; ahora en una nueva playa.


Mucha gente se lanzó a esa nueva playa en busca de recuerdos. En algunos jardines de los vecinos de Tijuana, se podían ver algunos de los letreros de la calle —Ave Paseo Costero— y algunos otros letreros de esos restaurantes.

Pero el recuerdo que prefiero y con el cual me quedo, es el verme caminando —enamorado— por ese paseo costero.


Nota: Acepto correcciones, soy muy malo para recordar fechas, si tu si tienes en mente el año de esas fuertes tormentas, contactate.

miércoles, 4 de mayo de 2011

En Ensenada, Neil Diamond


Mucho se dijo de esta canción "In Ensenada" de Neil Diamond, se corrió el rumor en los años ochenta, que el cantante vino a Ensenada; se enamoró de la ciudad y escribió la canción: En Ensenada.

Dicen que todavía visita sus antros.

Convirtiéndose así —Neil Diamond— en una leyenda más de Ensenada.