lunes, 2 de enero de 2012

Ciclista Fantasma en La Rumorosa


Anónimo dijo:


Mi padre —que en paz descanse— fue un hombre muy aventurero. Viajábamos mínimo de 3 a 4 veces al año, y no sólo se dejaba ver está "señora de blanco" de la Rumorosa.

Otras de nuestras anecdotas:

Nosotros salíamos de Tijuana por la noche; pues a mi papá le parecía más cómodo en cuestión del trafico. En uno de nuestros viajes nos tocó ver algo así como una secta; eran varias personas con túnicas negras no se les veía la cabeza, iban 13 —los conté— en hilera; pero no caminaban por la carretera, sino que caminaban entre las piedras.

En el carro íbamos mi mamá, mi papá, mis tres hermanas, y yo. Mi papá manejaba una Aerostar, y todos los vimos, no eran fantasmas; pero en fin una secta en plena madrugada.

En otro de nuestros tantos viajes, en el cual íbamos en un Malibu, mis papás, una hermana, y yo, de regreso a Tijuana, al subir por La Rumorosa nos tocó como a eso de las 3 de la mañana; cuando repentinamente se nos atraviesa un joven en una bicicleta, lo más sorprendente fue que mi papá no pudo frenar y atravesamos a el joven...

Mi papá se paró, y buscamos al herido; pero no encontramos nada, mi mamá estaba enojada por que ella iba enfrente y no vio nada, después en el camino razonamos que no pudo haber sido nadie porque no se sintió el golpe, el carro no tenía señal de nada, sólo mi mamá no lo miró.