sábado, 11 de mayo de 2019

Viaje en el Tiempo

Hola, estimado Juvenal: Gracias por ponerte en contacto y comentar sobre la leyenda de la colonia Linda Vista. Me da mucho gusto leer tu comentario, de una nostalgia tan familiar, como esas historias que se platican en una fogata entre amigos; somos viajeros en el tiempo, y ni cuenta nos damos, pero vamos en esa travesía, damos un vistazo a tras, y cómo sorprenden las cosas que vamos dejando a tras, para dar lugar a las nuevas, tal como lo describes en tu clip, breve vídeo pero muy certero. Cuando gustes, esta es tu casa, y bienvenido al club de quienes decimos que en Tijuana pasamos los mejores días de nuestras vidas. Nosotros fuimos once, seis hermanos y cinco hermanas, quedamos ocho. Un fuerte abrazo.


Hola !! Sr. Leopoldo:   

Me dirijo a usted con el mayor de los respetos, para comentar sobre leyenda de colonia Linda Vista, yo crecí en esa colonia, desde 1963 hasta 1971. Miraba por la red sobre esa colonia. Hace más de 40 años que no viajo a México , y extraño esos días de pláticas de los mayores, entonces eramos chicos y sólo escuchábamos, y sii ,, escuché algunas ocasiones hablar sobre esos ruidos de carretas y cadenas que se escuchaban por las noches; seguramente existen muchas otras leyendas sobre Tijuana , fue la mejor etapa de nuestra vida, fuimos 6 hermanos varones, quedamos solo 3, ahí crecimos esos días gloriosos de la niñez. Hojala podamos compartir algunos otros temas más adelante. Leí vuestro blog y seguro, tenemos algunas cosas en común, a mi me fascina vida natural, vida de nuestro planeta , tal cual soy muy amante de los animales en general. Le comparto un pequeño clip sobre , un viaje en el tiempo , me despido con un fuerte abrazo deseándole tengais un buen día. 

Juvenal Espinoza Morales





viernes, 2 de marzo de 2018

Cómo Llegó la Llorona a Tijuana

Las palabras en nuestro idioma, tienen vida propia; nacen, crecen, se reproducen y mueren, muchas palabras dejaron de usarse hace mucho tiempo, otras tomaron un rumbo distinto, es decir, adquirieron un significado nuevo; otras palabras, simplemente se mantienen firmes, como algunas historias. Narraciones, que como las palabras, van de un lado a otro, agarrando fuerza, convirtiéndose en leyendas.

La llorona era uno de esos cuentos populares que se contaban entre la bola de amigos y vecinos, al igual que otras historias como la del perro diablo que tenía ojos rojos como de lumbre y se le aparecía a la gente en los senderos solitarios. Esta historia del perro diablo recuerdo que la oí contar también allá en Pénjamo, Guanajuato; y después también la oí contar por un familiar que también es originario del sur. 

En Tijuana, en aquellos tiempos se utilizaban mucho los cuentos de espanto para entretenerse. Se contaban cuentos de terror, así como la del catrín diablo que se robaba a alguna chamaca loca en los bailes. Esta última leyenda de espantos tomó más vida en los años de los ochentas, cuando se publicó mucho y corrió la voz en Tijuana de que el diablo se llevó una chica de un tal salón de baile. 
La llorona según cuenta un tío de Tijuana, de que se le apareció una noche después de que él insultó a sus hermanas groseramente. Según dice que nunca más le quedaron ganas de pelear con sus hermanas, las cuales hasta hoy en día las trata muy bien. 

Se dice que la leyenda de la llorona fue traída a Tijuana por esos mismos emigrantes de sur de la república, de donde comenzó su mito; posiblemente poco después de la conquista española sobre Tenochtitlan, cuando el entonces emperador azteca Moctezuma recibió de sus embajadores que envió a Cortez, la noticia de que en camino de regreso ellos se encontraron frente a una anima que lloraba y decía “hay de mis hijos, que pasará con ustedes” como si fuera una profecía de lo que el pueblo azteca iba a sufrir bajo la conquista... 

De allí se extendió la leyenda que después quizás fue relacionada con el mestizaje mexicano con la consumación entre español e indio, tal cual el hijo mestizo fue rechazado por el blanco padre y quedando la india madre deshonrada prefirió ahogar a sus hijos.

—LoneWolf—

domingo, 31 de diciembre de 2017

Diez Formas de Amar a México


1-Estudia. 
2-No te conformes, sigue estudiando.
3-Fijate una meta concreta. 
4-Ayuda a los más cercanos a realizar sus metas. 
5-Pon el ejemplo, no tires basura. 
6-Se puntual, honesto y no corrompas a las autoridades. 
7-Respeta a los demás, incluso a quien no piense y crea igual que tú. 
8-Siembra un árbol. 
9-Cultiva valores en ti y en tu familia. 
10-Haz una lista de las cosas que te gustaría mejorar, trabaja en ello.

Feliz y Próspero 2018, les desea, Leopoldo Espinosa, y el equipo de Leyendas de Tijuana. Ah, y…

11-Se agradecido. 
Gracias por seguir nos. 




¿Qué fue de la mujer que bailó con el diablo?

Y, usted, amable lector, ¿sabe qué pasó con aquella mujer? ¿Quién fue, si en verdad existió o si ya murió? ¿Quién es, si aun vive? ¿Realidad, o engaño? Cualquier información que tenga al respecto, mándela, si gusta, a mi correo personal, o, si gusta, déjela aquí en los comentarios...

Tijuana, Baja California. Dice la leyenda que una joven mujer allá en los setenta, en un acto de rebeldía en contra de sus padres se fue a divertir a los antros de Tijuana en busca de un bailador, hay quienes afirman que incluso, aquella joven mujer dijo: “hoy salgo bailar, y bailo, aunque sea  con el mismísimo demonio”.

Esta leyenda surge por un hecho consumado; por algo que pasó, lo cual por algún motivo se encontró a una mujer, cuyo cuerpo quedó tendido en la pista de baile, mientras su misterioso bailador huía del Aloha, perdiéndose entre la multitud que deambulaba por la avenida Revolución; mientras, que algunos de los demás clientes de aquel antro afirman haber visto como le salía todavía humo al cuerpo aparentemente inerte de aquella desolada mujer; a bote pronto, otros clientes se alejaban azorados. 

¿Pero qué pasó realmente a aquella mujer? 

“Vino la SEMEFO por ella, cuando un médico legista señaló que había fallecido a consecuencia de una descarga eléctrica”, dice “José Romo” uno de los antiguos guardias de seguridad que vigilaban aquel antro que por temor a las criticas ha pedido quedar en el anonimato bajo ese alias. 

Personas que dicen haber sido de aquel grupo de gente que decidió seguir ahí hasta que vinieran las autoridades, afirman que no fue la SEMEFO los que vinieron a recoger lo que parecía el cuerpo ya sin vida de aquella joven mujer, sino la Cruz Roja; lo que implica que realmente no murió, que sobrevivió la descarga eléctrica y, que aquella mujer —dicen otras personas— sigue internada en un hospital psiquiátrico. 

Brenda Liliana nos comparte…

Una compañera de la escuela platica que la mujer que bailo con el diablo es su tía; que el joven con el que bailó era un joven de ojos azules, muy guapo, y que portaba un traje elegante; que cuando bailaba con ella le dijo: “No mires abajo”; no pudo con la curiosidad y ella, mientras bailaban, empezó a recorrer lentamente su mirada por las partes bajas del cuerpo de ese joven hasta que llegó a sus pies y, miro hasta abajo, de los finos zapatos y sin calcetines, alcanzó a ver una pata de caballo y otra de gallo; esté encolerizó y la abrazó hasta dejarla sin aire; y de ahí ya no recordó nada, perdió completamente la memoria, hasta ya después de muchos años la volvió a recuperar; sus padres la encontraron en el hospital General; y el lugar en donde bailaron se incendió; por su puesto, el Aloha en la avenida Revolución de Tijuana. La tía de mi amiga, sigue viva, no está loca; en todas las familias hay secretos, la conforto.

Doña Gertrudiz dijo…

Yo tenía como 40 años cuando pasó esa desgracia en la avenida Revolución, todo mundo en nuestra área de trabajo se conmocionó y me atrevo a decir que toda Tijuana, nosotros porque eramos de las y los que íbamos a bailar seguidísimo cada viernes al Aloha, nos pudo haber tocado ver de cerca esa tragedia… ¡Qué miedo!, pero de que pasó, pasó, no es un mito.

Sebastian Flores nos comenta…

Ya ve cómo son nuestros gobernantes. Seguramente a esa joven se le enredó en sus pies algún cable hechizo de la luz y se accidentó, y, como había dinero de por medio, inventaron todo eso, la pobre se merecía justicia. Es como el caso del niño que fue muerto por sus padres fanáticos en Ensenada porque no quería leer la biblia pero como es una comunidad “cristiana” con dinero, callaron a como diera lugar a la prensa, e inventaron un castigo “divino”. Desafortunadamente es culpa de nosotros, son las autoridades que nos merecemos, el pueblo elige a sus gobernantes que se merece. Dios guarde la hora.

Ema Morales sugiere...

Ustedes que son la alternativa para la prensa, la que en vez de informar nos da atole con el dedo; deberían de hacer una investigación, en serio, profunda. Creo que los tijuanenses, y más, todas aquellas personas que nos tocó vivir ese trágico acontecimiento nos merecemos saber la verdad, ¿qué fue de la mujer que bailó con el diablo?


miércoles, 20 de diciembre de 2017

El Cine al Final de la Calle

Un recuerdo es aquella imagen del pasado que se tiene guardada en la memoria; un buen recuerdo seguramente es la gratitud del corazón; un mal recuerdo, tal vez es aquella herida en la que hay que trabajar para sanar; por lo tanto, la memoria siempre será buena, ya sea para agradecer o para sanar, o, para ambas, agradecer y superar. Con esta historia, a manera de reflexión, aprovecho para desearles, una Feliz Navidad y un Prospero 2018.

La calle Manuel Meza era; o es, tal vez —no lo sé porque ya no he vuelto— un callejón sin salida, de una manzana de recorrido. Éramos quién sabe cuántos niños. ¿Cómo olvidarlo? Había una niña que organizaba fiestas infantiles en su casa pero terminaba viendo la fiesta a través de una ventana, y otro que cuando su amiguito rompía el vidrio de la ventana de alguna casa, le echaba la culpa nada más y nada menos que a su propio hermanito… Éramos un estuche de monerías. 

No éramos niños pobres los de la colonia Ruiz Cortines, pero siempre buscábamos la forma para que los más ñoños les pidieran dinero a sus papás para los dulces, un día caí en la cuenta de que los papás de los más ñoños bien sabían que los dulces iban a ser para todos, porque siempre alcanzamos todos. 

Los adolescentes de aquella era queríamos ser como la gente grande, aunque usáramos pantalones cortos y los motes infantiles demasiado aniñados sin saber que se convirtieron nuestros apodos ya de adultos; yo quería ir al cine con mi novia.  Todos los adolescentes  incluso los pre adolecentes querían ir al cine, pero ya no con sus padres, querían ir como los mayores; toda la pandilla juntos o con su alguien especial. Pero entonces parecía todo un sueño, no había dinero. Y, si querías ir al cine tenía que ser con tus padres y los nerdos de tus hermanos; no con tus verdaderos amigos, menos con tu novia.

El milagro ocurrió un diciembre de 1974, quién sabe a quién se le ocurrió montar una pantalla gigante al final de la calle; debí haber averiguado su nombre, es un héroe que se merece una placa con letras de oro; cine gratis para todos los niños y adolescentes de aquella era, único requisito llevar tu propia silla o tu propio bote donde sentarte, y por supuesto ir bien abrigado, ya que era al aire libre, porque incluso, el ponche y las palomitas corrían a cuenta de aquel héroe desconocido.