Y, usted, amable lector, ¿sabe qué pasó con aquella mujer? ¿Quién fue, si en verdad existió o si ya murió? ¿Quién es, si aun vive? ¿Realidad, o engaño? Cualquier información que tenga al respecto, mándela, si gusta, a mi correo personal, o, si gusta, déjela aquí en los comentarios...
Tijuana, Baja California. Dice la leyenda que una joven mujer allá en los setenta, en un acto de rebeldía en contra de sus padres se fue a divertir a los antros de Tijuana en busca de un bailador, hay quienes afirman que incluso, aquella joven mujer dijo: “hoy salgo bailar, y bailo, aunque sea con el mismísimo demonio”.
Esta leyenda surge por un hecho consumado; por algo que pasó, lo cual por algún motivo se encontró a una mujer, cuyo cuerpo quedó tendido en la pista de baile, mientras su misterioso bailador huía del Aloha, perdiéndose entre la multitud que deambulaba por la avenida Revolución; mientras, que algunos de los demás clientes de aquel antro afirman haber visto como le salía todavía humo al cuerpo aparentemente inerte de aquella desolada mujer; a bote pronto, otros clientes se alejaban azorados.
¿Pero qué pasó realmente a aquella mujer?
“Vino la SEMEFO por ella, cuando un médico legista señaló que había fallecido a consecuencia de una descarga eléctrica”, dice “José Romo” uno de los antiguos guardias de seguridad que vigilaban aquel antro que por temor a las criticas ha pedido quedar en el anonimato bajo ese alias.
Personas que dicen haber sido de aquel grupo de gente que decidió seguir ahí hasta que vinieran las autoridades, afirman que no fue la SEMEFO los que vinieron a recoger lo que parecía el cuerpo ya sin vida de aquella joven mujer, sino la Cruz Roja; lo que implica que realmente no murió, que sobrevivió la descarga eléctrica y, que aquella mujer —dicen otras personas— sigue internada en un hospital psiquiátrico.
Brenda Liliana nos comparte…
Una compañera de la escuela platica que la mujer que bailo con el diablo es su tía; que el joven con el que bailó era un joven de ojos azules, muy guapo, y que portaba un traje elegante; que cuando bailaba con ella le dijo: “No mires abajo”; no pudo con la curiosidad y ella, mientras bailaban, empezó a recorrer lentamente su mirada por las partes bajas del cuerpo de ese joven hasta que llegó a sus pies y, miro hasta abajo, de los finos zapatos y sin calcetines, alcanzó a ver una pata de caballo y otra de gallo; esté encolerizó y la abrazó hasta dejarla sin aire; y de ahí ya no recordó nada, perdió completamente la memoria, hasta ya después de muchos años la volvió a recuperar; sus padres la encontraron en el hospital General; y el lugar en donde bailaron se incendió; por su puesto, el Aloha en la avenida Revolución de Tijuana. La tía de mi amiga, sigue viva, no está loca; en todas las familias hay secretos, la conforto.
Doña Gertrudiz dijo…
Yo tenía como 40 años cuando pasó esa desgracia en la avenida Revolución, todo mundo en nuestra área de trabajo se conmocionó y me atrevo a decir que toda Tijuana, nosotros porque eramos de las y los que íbamos a bailar seguidísimo cada viernes al Aloha, nos pudo haber tocado ver de cerca esa tragedia… ¡Qué miedo!, pero de que pasó, pasó, no es un mito.
Sebastian Flores nos comenta…
Ya ve cómo son nuestros gobernantes. Seguramente a esa joven se le enredó en sus pies algún cable hechizo de la luz y se accidentó, y, como había dinero de por medio, inventaron todo eso, la pobre se merecía justicia. Es como el caso del niño que fue muerto por sus padres fanáticos en Ensenada porque no quería leer la biblia pero como es una comunidad “cristiana” con dinero, callaron a como diera lugar a la prensa, e inventaron un castigo “divino”. Desafortunadamente es culpa de nosotros, son las autoridades que nos merecemos, el pueblo elige a sus gobernantes que se merece. Dios guarde la hora.
Ema Morales sugiere...
Ustedes que son la alternativa para la prensa, la que en vez de informar nos da atole con el dedo; deberían de hacer una investigación, en serio, profunda. Creo que los tijuanenses, y más, todas aquellas personas que nos tocó vivir ese trágico acontecimiento nos merecemos saber la verdad, ¿qué fue de la mujer que bailó con el diablo?