lunes, 2 de julio de 2012

Tijuana y sus Fantasmas


Dice el escritor famoso Vargas Llosa que la crisis es tiempo bueno —para la literatura— para escribir...

Y creo que tiene razón, ¿cuantos relatos de terror las nuevas crisis nacionales que ahora estamos pasando son motivo de inspiración?

Es que si aquí antes, en Tijuana, nos espantaban con la llorona...

Somos tijuanenses, mi mamá y yo, lo cual quiere decir que mi familia tiene ya más de 50 años en Tijuana; y puedo decir que yo escuché a la llorona —murmura— pero no dice: ¡Ay mis hijos! Los espantos no tiene cuerdas vocales para quejarse...

Lo que se escucha es un lamento profundo, con dolor; y se oye tan feo que cuando lo escuchas, tiemblas. Una noche —como a las 11 de la noche— estando en la colonia Guerrero la escuché, la escuché en el Johnson, el lamento es horrible y la verdad, tan solo al recordarlo se me ponen los pelos de punta.

Y si la Llorona, y la Enlutada —antes— eran motivo de susto; en Tijuana, ahora espantan así en sus nuevos bulevares...

No, mi buen, si quiere cortar camino para llegar a su casa bajo el Cerro Colorado, hágase un favor a usted mismo, y a mi también, lo estimo mucho, no tome el Bulevar Dos Mil. Dicen que se aparecen ahí un par de muchachas, que hipnotizan a sus víctimas; para atacarlas, robarlas y quizás, con ayuda de sus complices... matarlas. No mi buen, no tome el Bulevar Dos Mil:

En el Bulevar Dos Mil espantan.

¿Quién aquí en Tijuana, no conoce a la bella, enamorada Faraona? o ¿Al avaricioso apostador del hipódromo? Fantasma cuyo recuerdo se quedó plasmado en el aire en un perpetuo intento de riqueza y fortuna.

Ahora tenemos otros y nuevos fantasmas... Los nuevos fantasmas de Tijuana, los que recorren sus nuevos bulevares, fantasmas bellos, otros malos, nuevos fantasmas; de diferentes edades, de ricos y pobres, las nuevas crisis los han creado.

Yo no le tengo miedo a los fantasmas —alguien lo dijo— le tengo miedo a las personas que los han mandado a andar en pena; le tengo miedo a los que no le tienen miedo a la justicia, no quiero que mi alma se quede para siempre, clamando justicia, persiguiendo por siempre a mi asesino.

Las nuevas crisis.

Si es cierto lo que dice Mario Vargas Llosa, la crisis es buen tiempo para la literatura... y yo le agregaría, y muy buen tiempo para la reflexión.

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