Fui muy vago en mi juventud, no salía de las fiestas, ni de los bailes, esto que aquí redacto, me pasó a mi cuando tenía unos 25 años; para eso yo vivía en la colonia Chapultepec en Tijuana, y me gustaba mucho socializar con un grupo de amigos que tenía a la orilla de la ciudad… Por lo cual tenía que pasar por donde aun sigue el hotel el sombrero.
La primera vez que la vi fue allí, precisamente en el crucero que está un poquito antes o después de ese hotel —el sombrero—. Y como pasaba casi a diario por allí, cuando la vi, me dió la sensación que ya la había visto. Era rubia, muy bonita, su rostro denotaba ser una mujer muy seria; pero vestía un traje de baile cubano, rumbero; era como de esas películas de nuestro cine nacional de la época de oro, con traje de bailarina de escotes y olanes.
Me llamó mucho la atención ver una mujer fuera de lugar y ahora me atrevo a decir: fuera de tiempo.
En otra ocasión, la vi otra vez exactamente en la misma esquina, el semáforo estaba en rojo, y bajé la ventanilla de mi mustang II, quería verla con más claridad y más de cerca. Noté que lloraba, y vestía su mismo atuendo, eran como las 12 de la noche y llegué a pensar que lloraba por falta de transporte y necesitaba llegar a su casa.
Le pregunté: —¿señorita la puedo ayudar? ¿Necesita raite (transporte)? Téngame confianza por favor, —le dije.
No respondió, simplemente me ignoró y yo seguí mi camino. Por el retrovisor la pude seguir viendo, y como siguió parada allí; simplemente como si hubiera mucho trafico y le fuera imposible cruzar la calle… O, como si se hubiera arrepentido negarse a mi raite.
Al otro día, después de haber convivido con mi grupo de amigos, les dije:
—Ya me voy, quiero ver si veo a la misma rumbera que siempre veo en la esquina del hotel el sombrero.
— ¿Cómo? Otra vez, más despacio por favor, —me dijo atónito uno de ellos.
Para eso, tenía el carro cargado de gente; pues me gustaba darle raite a toda la gente con la cual me podía cargar. —Sí, hay una bailarina que veo muy seguido por el hotel el sombrero, rubia, muy bonita, pero con un no sé qué toque de tristeza, —les dije.
Fue en coro y a una sola voz que todas y todos exclamaron: —¡LA FARAONA!
Entonces fue la primera vez que oí de ella.
Siendo ajeno a esta ciudad, y nuevo a esta historia, de allí en adelante me propuse a buscarla, treinta años después, cada vez que puedo y que estoy por la localidad... Al llegar a esa esquina, relajo mis nervios, le doy más despacito al carro, y como no queriendo, la busco.
Me acompaña la sensación que le debo algo: una atención; un "¿por que te me manifestaste a mi?" Pues por el retrovisor la recuerdo inquieta, como arrepentida de no haber aceptado mi oferta de transporte.
En todo este tiempo he oído mucho sobre ella; que fue una bailarina de un antro al principio de los años treinta, cuando la ciudad apenas se estaba formando. Que murió de amor, otros dicen que la mataron, y otros más; que fue un pasional suicidio la que la llevó a estar, ¡por siempre en pena!
Nota: El hotel El sombrero está a unas cuantas cuadras de la preparatoria Lázaro Cárdenas, cuyas instalaciones son lo que fue el antiguo casino de Agua Caliente; el antro que menciono en mi relato; de los años treinta, cuando la ciudad se estaba apenas formando.
Me pueden decir de que Año es la foto del sombrero.
ResponderEliminarGracias
La postal del sombrero, por los modelos de los carros, te puedo decir que es como de fines de los años 50... 58 o 59...
ResponderEliminarGracias
ResponderEliminarmi hermana va en esa escuela y sus profes dicen q la an visto en la lazaro
ResponderEliminarYo estudie en la ETIC #24 en los 70s y un maestro nos conto que el vivia en los Bungalows,a un lado de donde habia estado el salon en que se presentaba La Faraona,que se llamo Maria Luisa y que precisamente donde el vivia con su familia se decia la habian matado,que inclusibe el piso de lo que era el comedor lo habian tenido que pintar de rojo por las manchas que no se quitaron cuando ellos llegaron a ese lugar o casa,tambien habia ahi una caja fuerte muy grande;lo del piso de color rojo me consta porque un dia fuimos a su casa a visitar a una hija del maestro que estaba enferma y nos llamo la atencion del porque del color del piso.Verdad o mentira eso fue lo que nos contaron en aquella epoca.
ResponderEliminarWow!.. Recuerdas en que bungalow vivía tu profesor? Interesante!!..
EliminarYo me la sabía diferente la historia. Que ella estaba enamorada de un tipo que tenia título nobiliario pero cero dinero Qué sólose aprovechaba de ella y ppr eso se suicidó con él. Pero él se alcanzo a salvar. Ella enterro sus joyas antes de eso.
ResponderEliminarComentario muy certero, tal vez la “historia” es como te la sabes tú; pero recuerda que una de las características de las leyendas es que cada quien las narra a su manera. Mi redacción apenas es la forma como yo me vine a enterar de esta leyenda tan popular en Tijuana, con eventos reales, ¿pues que hacía una bailarina con su vesutario a esas horas de la noche? ¿en una zona que ya no era como antes, zona turística?
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