El cielo se pone rojo en el ocaso debido a que la luz azul que se dispersa durante el día se diluye demasiado; y la luz roja, que normalmente no se dispersa, lo hace de tal forma que se puede ver, a este fenómeno óptico se le llama "Dispersión de Rayleigh".
Sucede algo parecido a lo anterior —un cielo rojo— con la mala calidad del aire en la atmósfera; cuando un volcán expulsa fuego y cenizas, incluso con los grandes incendios, como el que hubo en el sur de California en 2007, que provocó ese extraño cielo color rojo en Tijuana.
Testimonios:
«Claro que me acuerdo cuando se puso el cielo rojo, pero como no era la primera vez que pasaba, no le di importancia». —M. Armendariz—.
«Me gustaba el panorama, se veía; romántico, misterioso... y quién sabe qué más, pero hacía mucho calor. Algo estaba mal.
Mi abuelita creía por que había llegado el otoño». —José Luiz Lopez—.
«Ibamos varios estudiantes en el transporte publico, muy inquietos por que el cielo estaba totalmente rojo; parecía que estábamos en otro planeta. Cuando llegué a mi casa, estaba mi familia muy preocupada por que además —algo que yo no me había dado cuenta— estaba cayendo cenizas blancas del cielo.
Como estábamos muy chicos los que íbamos en el camión escolar, y en mi casa muy desinformados, creíamos que había pasado algo de lo que no estábamos enterados; lo intuíamos, pero nos imaginábamos cualquier otra cosa...
Eran los incendios de San Diego». —Aurora Fuentes—.
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