Me da doble nostalgia encontrar sobre este trágico acontecimiento, es que trabajábamos mis hermanos y yo, en aquella academia privada que se llamaba CECAP, arriba de la tienda Damasco, en la esquina de las calles Mutualismo y Segunda, nos íbamos los tres en mi Mustang II; Gerardo, Teresa y yo, y nos daba mucho pendiente dejar el carro estacionado en frente de ese edificio; muchos borrachos, muchos mal vivientes, y "algo" más; nunca me imaginé que más allá de ese pendiente, había esta historia. Nunca nos enteramos de esta tragedia; pero ese "algo" era palpable; y lo platicábamos, Tere, Gerardo y yo, y ahora ¡no tenerlos para comentarlo! pero estás tú, estimada, estimado lector...
Hay muchos eventos en esta ciudad que pueden ser considerados trágicos,
pero ninguno de tal magnitud como el del incendio del coliseo. Aun se
pueden ver los restos de lo que alguna vez fue un edificio lleno de
vida, hoy, a mas de 50 años de la tragedia, aun se encuentra en pie, como un recuerdo de aquella noche tan horrible.
Al principio nadie se da cuenta, hasta que uno de los
cacaros del cine nota que su sala se llena de humo, al momento de
percatarse de lo ocurrido ya es demasiado tarde. El Coliseo era (o es)
un edifico completamente mal construido, se dijo en su momento que el
dueño lo diseño a como le dio la gana y decidió cortar costos, sea como
sea, era un peligro.
El corto circuito provoco el apagón de
luces, por lo que cundió el pánico por todos los asistentes que
corrieron a las puertas, pero no se dieron cuenta de que abrían para
adentro y no para afuera, por lo que muchos murieron aplastados por la
avalancha de personas intentando escapar. Por alguna razón, las puertas
de emergencia estaban cerradas con candado y cadenas, haciendo imposible
la salida por ahí. Cientos de personas atrapadas con una sola ruta de
evacuación.
Hubo gente que se arrojo de las ventanas intentando
evadir las llamas; tristemente, los niños de escasos recursos se
encontraban hasta el piso de arriba, por lo que murieron calcinados. Es
aquí donde el valor de la gente entra en juego, muchos héroes anónimos
intentaron sacar a las personas, los taxistas usaban sus unidades de
ambulancias, pipas de agua privadas acudieron inmediatamente al
siniestro a prestar auxilio. Fue inútil, cien hombres, mujeres y niños
encontraron la muerte en ese edificio que aun se encuentra en pie.
Con el paso del tiempo, muchas personas olvidan este suceso, dicen que
durante muchos años, de vez en cuando, se escuchaban los gritos de los
fantasmas, como si fueran un eco, pero mucha gente los ignoraba, ya que
el barullo del centro de la ciudad es muy conocido. Yo no se si esto sea
cierto o no, lo que si se, es que muy poca gente se atreve a entrar en
ese lugar por mucho tiempo, ya que la sensación de tristeza se apodera
de uno.
—Tomado la página web de Pájaro Malo—
Siempre este tipo de desastres son impactantes, solo de imaginarlo es terrible. No sabía nada sobre este suceso, ojalá que nunca se repitan ni aqui ni en ningún lugar. La seguridad ante todo. Cierto o no que la culpa haya sido por ese par de borrachos, el resultado iba a ser el mismo con solo encender la flama hasta de un cigarro mal tirado.
ResponderEliminarSaludos mi estimado Leopoldo!
H.B.
Sí es cierto, Héctor, ¿cómo es posible que teniendo toda la vida prácticamente en Tijuana uno no se entere de esta tragedia que debe ser tan importante para los que aquí vivimos? La historia está hecha para cuidar que eventos como este no se vuelva a repetir. Gracias por comentar.
ResponderEliminarmi abuelita vive en la vecindad que esta detras del cine y dice que en la epoca de posadas se escuchan rezos y murmuros en la madrugada.
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