jueves, 1 de enero de 2015

La Bendición de los 95 Centavos

—Mi Abuelo es Leyenda—

Hola, don Leopoldo.

Mi abuelo Baraquiel platicaba una ”leyenda” que luego se hizo popular entre nosotros, todos sus hijos, nueras, otros tíos, y claro, todos los primos, y las primas.

Que una vez a la salida del templo de san Francisco una señora muy blanca, y con sus canas muy plateadas le pidió limosna; la anciana, pudo haber tenido 95 años. Mi abuelo sacó su cartera —entonces no corría la moneda nacional en Tijuana— y le dio un dólar, la señora muy amablemente le dijo a mi abuelo, “espere”, y le regresó 95 centavos de cambio…

—Señora es que, es para usted todo el dólar, le dijo mi abuelo.
—Buen hombre, que estás otras monedas le sean para su paz y para su bien. Gracias, yo solo necesito cinco centavos.

Y se retiro mi abuelo, según platicaba él, con una sonrisa en los labios. Mi abuelo, después, toda su vida felizmente se preguntó "¿qué habré hecho con aquellos 95 centavos?" Y agregaba: "si algún día vuelvo a tener dinero, voy a poner un asilo de ancianos para que ya no haya más viejitas en la intemperie, pidiendo limosna a fuera de las iglesias". Sonará a exageración, pero al paso del tiempo de repente se le escuchaba decir extasiado para sí: "¿Qué habré hecho con aquellas otras monedas?"

Mi abuelo estaba ya muy enfermo, y todavía "recordaba" y se seguía preguntando a sí mismo por aquel cambio que le dio su “viejita” la de la salida de la iglesia.

—José, ¡José! —Feliz, dirigiéndose a mi tío Pepe, mi abuelo desde una cama de hospital, le dijo: —Ya me acordé, esos 95 centavos formaron parte para abrir la tienda, ¡la de la calle 5ta!

Y, así se murió mi abuelo.

—José Eduardo—

Estimado José Eduardo, ¿haz escuchado la frase, "recibí más de lo que di"? seguramente así se sintió tu abuelo, tal vez volvió al templo para ayudar a la anciana y ya no la encontró, o tal vez no acostumbraba ir a la iglesia y se quedó con el "regalo", cosas tan personales, necesitaríamos preguntárselo a tu abuelo; pero se ve por tu relato que "algo" le fue impactante, Gracias por compartirnos tu leyenda familiar, ¿quién sabe qué de riqueza lleva? Por eso, con tu historia, les deseo a quién nos lea, Feliz y Próspero 2015. —Otra vez, gracias, José Eduardo— Nunca sabemos quién, cómo y dónde nos va a bendecir, por tan poquito, tanto. 


¿Tú también, como José Eduardo, tienes un abuelo; un papá, una esposa, esposo o familiar leyenda? ¿y quieres que aparezca en mis archivos? Mándame tu historia, bajo las mismas condiciones explicadas a Daniel aquí y adelante, ¿por qué no? ponte en contacto conmigo. 

 LE 
leyendasdetijuana@live.com

2 comentarios:

  1. Venimos a este mundo para dar mas que para recibir, y casi puedo asegurar que aquella viejecita así lo veía, tomó solo lo que necesitaba cuando pudo quedarse con el dolar completo, pero al dar ese cambio ella dio una bendición sin mencionarlo con ese vuelto, así también lo entiendo yo... gracias por escribir y compartir temas como estos Sr Leopoldo Espinosa!

    H. B.

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  2. Gracias, estimado Héctor por enriquecer siempre estas historias con tus comentarios, aportando un poquito más como en este relato, igual que se te multipliquen las bendiciones. LE

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