No fue hasta que una vez que me tocó vender artículos para la cocina, casa por casa, que pasé cerca del panteón numero uno —Puerta Blanca— en la colonia Castillo de Tijuana, que pude entender un poco.
Al tocar la puerta de una casa, y como de casualidad, sé oyó a lo lejos un «sonic boom» que se traduce al español como un estampido supersónico; sonido lejano, parecido al que puede hacer los tiros de un fusil. —O de unos cohetes—.
La Señora que me abrió la puerta me preguntó: —“¿lo oyó?” —Sí, —le contesté— y yo, haciéndome el chistoso, le pregunté: —¿Señora, a quién fusilaron?
—¿No conoce usted la historia de Juan Soldado? —No. —Le contesté— Pensando que me estaba bromeando.
—Cada año, como a esta fecha, se escuchan los tiros que le dieron muerte y a veces hasta sus gritos.
—Señora, ¿cómo se pone hacerle caso a esas viejas leyendas? —Le dije.
—¿Le han visto la cara de tonto alguna vez? —Me preguntó.
—Sí.
—¿Lo han engañado?
—Sí.
—¿Lo han traicionado sin tener nada que ver tan solo alguna vez?
—Por su puesto que sí. A todos nos pasa.
—Pues fue exactamente lo que pasó a Juan Soldado.
«Dicen que hubo quién confió en él, quién creyó en su inocencia y quién, al poner una piedra en el suelo donde quedó —en contra de esa injusticia— del suelo brotó sangre; limpia y fresca. Los verdaderos criminales de ese horrible y espantoso crimen, huyeron en la peor impunidad; acabando con ambas vidas, la de Olguita y la de Juan. Apagando la vida sonriente de esa pobre niña y ensuciando por siempre el nombre del soldado Juan.
»Por eso, a mediados de febrero, por este lado de Tijuana, se oyen los gritos de Juan como diciendo:
»¡¿QUÉ PASÓ MI CAPITÁN?!
—Como fue narrado por vecina de la colonia Castillo, 1976—
Creí que era el mismo. En Chile tenemos nuestra leyenda de (otro) Juan Soldado, aqui la transcribo para ustedes.
ResponderEliminarJuan Soldado (leyenda chilena)
El estudioso Julio Vicuña Cifuentes transmite la leyenda que el pueblo narra sobre la desaparición de la primitiva ciudad de La Serena que es, según él, "la tradición más antigua" que se conoce en Chile. He aquí la versión: La primitiva ciudad de La Serena era mucho más hermosa que la actual. Vivía en ella un joven bien parecido, pero pobre, a quien llamaban Juan Soldado, nombre que, en recuerdo suyo, se puso después al cerro cerca del cual aquella ciudad estaba edificada.
Juan Soldado se enamoró de la hija única de un cacique riquísimo, que habitaba a tres leguas de la ciudad. Como el cacique era ambicioso, se opuso a que se casara con un pobre. Los enamorados resolvieron huir, para casarse en la iglesia de La Serena, pues la joven era cristiana. Así lo hicieron, y en el momento en que el sacerdote bendecía el matrimonio, gente del pueblo llegó a la iglesia con grande alboroto, diciendo que el cacique, a la cabeza de sus mocetones, se aproximaba a la ciudad, jurando destruirla, después de matar a los enamorados. Nadie sabe lo que pasó, pero es lo cierto que en el momento en que el cacique, con sus guerreros, pisó los suburbios, la ciudad se desvaneció. Recorrieron el campo donde estaba situada, pero no la encontraron aunque la andaban pisando. En ciertas noches, singularmente los sábados, los que pasan cerca del sitio en que estuvo edificada oyen música y canciones, y el Viernes Santo la ciudad se hace visible a los que contemplan desde lejos, pero se borra poco a poco ante los ojos de los que pretenden llegar a ella.
Otra versión es la que dice que existió en la Colonia un soldado español llamado Juan. Cierto día mató en la calle a dos vizcaínos ricos que se habían burlado de él al verlo pobremente vestido. Sólo quedó en el suelo su espada acusadora. El hombre desapareció. Meses más tarde, en lo alto de un cerro lejano se encendía todas las noches una luz. Al año se extinguió. Cuando los curiosos visitaron este punto hallaron allí al soldado Juan, muerto y amortajado en un hábito monacal. En esa soledad el asesino había expiado su doble crimen. Se denominó ese punto el cerro de Juan Soldado. Y de allí el nombre actual.
Saludos desde La Serena, Chile
En la tarde-noche del 13 de Febrero de 1938, desapareció de frente de su casa la menor de ocho años Olga Camacho Martínez, en ese tiempo la ciudad de Tijuana contaba con no más de 19,000 habitantes, razón por lo cual todos los vecinos se conocían. Al día siguiente de la desaparición de la niña, la pequeña ciudad era un caos, todos los vecinos estaban buscando la niña y hacia las diez de la mañana del día siguiente unos niños encontraron el cuerpecito degollado y ultrajado de la menor.
ResponderEliminarEntre los sospechosos estaba el soldado Juan Castillo Morales, conocido posteriormente como Juan Soldado, un soldado raso quien al ser encarado se desplomó, lloró y pidió perdón, confesó que había cometido el crimen bajo la influencia del alcohol y la marihuana. La mujer de Juan Castillo Morales relató al investigador que una semana antes había sorprendido a su amado Castillo Morales en el intento de violar a una sobrina suya.
La noche en que desapareció la niña Olga Camacho, Juan Castillo Morales (alias) Juan Soldado apareció en la casa de su amasia manchado de sangre, se quitó la ropa y le pidió que la lavara. Al revisar la ropa la policía encontró fibras de tela que correspondían con las encontradas en las uñitas de la niña asesinada.
(...) el reo fue trasladado la mañana del 17 de Febrero de 1938 al panteón municipal conocido como Puerta Blanca (panteón municipal No. 1) y le aplicaron la Ley fuga (una arbitrariedad que consistía en darle la oportunidad al preso de correr en búsqueda de su salvación antes de ser abatido). Eso ocurrió a la vista de los vecinos de la ciudad que se congregaron en las partes altas del panteón para atestiguar la muerte de Juan Soldado.
Es necesario resaltar que la imagen que se venera en el panteón municipal numero 1, no corresponde con la fotografía que se conoce de él, en la imagen venerada aparece un militar a un lado de una mesa que sostiene un cristo crucificado, el mensaje subliminal es "lo mataron por ser creyente".
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Victor, amigo chileno, que interesante, gracias por compartirnos esta doble version chilena de Juan Soldado. El problema de nuestra leyenda de Juan Soldado, es que la nuestra es mitad mito —leyenda— y mitad historia. Una historia que lo condena y una leyenda que niega la historia.
ResponderEliminarFuertes abrazos desde Tijuana, Baja California —Mexico—
Anónimo amigo, gracias por tu colaboración con la historia de Juan Soldado.