Entre Tijuana y Ensenada —casi, casi a medio camino— hay una pequeña villa que se llama Alisitos; lugar de turismo y recreación junto al mar; lugar donde por muchos años se ha practicado algunos deportes acuáticos.
Allí entre las casas, había dos casas que se utilizaban como deposito de basura. Una noche que fui a tirar la basura, me di cuenta que había un americano, que se encontraba reposando. Tal como un indigente como en busca de alimentos entre la basura, algo que se me hizo bastante raro.
Al día siguiente lo reporte con las personas que cuidaban entonces esta villa. Fue entonces que me dijeron:
—¡Ah!, es Joe, un americano que se la ahogó la esposa; y decidió esperar a que ella, su querida esposa salga del mar...
«La quería tanto.
»Resulta que una tarde mientras se encontraban felices mar adentro en su barquito de vela. En una marejada del barquito al mar ella cayó; y Joe, sin tiempo que perder, se echo al mar para salvarla, desafortunadamente ya no la encontró.
»Con la ilusión de encontrarla en la playa, se puso a buscarla entre la gente desesperadamente; y al encontrar solo su ausencia, decidió esperarla indefinidamente, a que llegue el momento de un día, que ella —su amada esposa— salga del mar.
»Vinieron las patrullas, los bomberos, fue reportada a la capitanía de puerto y nunca localizaron su cuerpo. Por muchos años en las noches, se pudo ver a Joe, en las rocas adjunto a la playa, esperando viva o muerta, ver salir a su amada del mar a la playa.
»Años vienen y años van.
»Joe falleció junto a la playa; pero dicen que su espíritu sigue allí, y lo pueden encontrar deambulando, y dicen que hay quien lo ha visto en la playa y entre las casas...
»Todavía buscándola.
«Relato como fue narrado por Rocio y Ramiro, encargados en 1997 de Alisitos»
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