martes, 1 de noviembre de 2011

La Maldición de la Güija


¿Puede un simple juego de mesa cambiar la atmósfera? ¿Abrir una puerta? ¿Hacer qué pasen cosas raras?

Yo vivía en Tijuana.

En frente de mi casa vivía una familia, con la cual convivía mucho. En esa casa regularmente pasaban cosas raras. Yo dormí cerca de un año en esa casa. Bueno, esa casa era de dos pisos; y en esa casa, solían jugar la güija…

Cada persona de esa casa era rara; porque cada una tenía como un tipo de poder. La señora soñaba con personas que muy pronto iban a morir.

Un día estábamos en el cuarto de una de las niñas que vivían en esa casa…

Un hermano de ellas escuchó que yo le grité. Entonces él fue a buscarme; pero abajo —en el cuarto de abajo— porque según él, momentos antes, me había mirado; mirándome que tenía la cabeza cubierta; llena de gel…

En ese momento yo estaba con las niñas, en el cuarto con ellas; pero no tenía nada de gel en la cabeza. Él llegó a la parte de arriba —y me miró— y me preguntó: ¿qué si yo estaba abajo? y le dije que no…

Me dijo que había mirado a alguien como yo en el piso de abajo.

Pero yo nunca iba solo a los cuartos de abajo; por qué me daba miedo… Y siempre que trataba de bajar los escalones, me daban escalofríos muy fuertes…

Yo dormía en un cuarto de los de abajo de esa casa, siempre tenía miedo de estar ahí; pero me aguantaba… Siempre quise ver algo; pero a la vez no, porque me daba miedo…

Realmente, nunca miré nada... y no sucedió nada.

Sin embargo, varias personas saben que en esa casa asustan; y nadie quiere entrar. Las personas de la casa siempre miran cosas; pero ya están acostumbradas, y creo que ya no tienen miedo de lo que pueda pasarles.

En esa casa jugaban a la güija…

—Luis—

Gracias por tu colaboración Luis; pero por qué no dices dónde, qué colonia, qué calle, ¿se te olvido mencionarlo? O simplemente, por algún motivo... ¿Prefieres no decirlo?




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