lunes, 3 de noviembre de 2014

Leyenda de Paitxí y Xalcutaat

—Se pronuncia, Paitchí y Chalcutát—

Santa Catarina es una pequeña población a lo alto de la montaña al sur de Ensenada; tiene muy poca gente; pero gente muy valiente; gente que pertenece a la etnia paipai... Los paipai viven de la caza y de la pesca, los paipai usan arco y flecha como lo han hecho desde tiempos ancestrales...

Ahí en Santa Catarina se habla de un animal; un monstruo horrible más grande que un oso; y más ágil que un tigre; una fiera que vive en una cueva junto al arrollo; y se alimenta de hombre; de quién con descuido a su paso pase; es devorado a su encuentro; devorado vivo por ese terrible monstruo... Ese terrible mounstro se llama Xalcultaat.

No fue hasta que Paitxí, un joven guerrero, orgullo de nuestra raza, orgullo de nuestros dioses se enfrentó con Xalcultaat. Este monstro envuelto en fuego arrancó su furia para impulsarse hasta Paitxí para tragarlo vivo; pero Paitxí valiente y confiado en su buen pulso, engaña a Xalcultaat con su vestimenta de la cual se despoja —y corre— quedándose tan solo con su arco y una flecha; la que atinadamente acierta, mandando a Xalcutaat a dormir para su cueva; de la cual ahora jamás se ausenta, y de la cual jamás se asoma.

«Los viejos de mi tribu dicen —después de lo anterior—; que los vieron jugar por el desfiladero, a Paitxí como si fuera un niño y a Xalcutaat como si fuera un perro. Dicen que Paitxí domesticó al terrible Xalcultaat del cual no se sabe si vive o duerme, pero Paitxí vive en la valentía de los paipai».


—Como me fue narrado por Tino Hernandez, orgullosamente, indígena paipai—
 



No hay comentarios:

Publicar un comentario